tag:blogger.com,1999:blog-50483500467969343692024-03-14T09:00:59.110+01:00Nadando en la arenaBlog de Sergio FerrerSergio Ferrerhttp://www.blogger.com/profile/00037401438540408293noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-5048350046796934369.post-44278949949705699532011-09-03T03:06:00.000+02:002011-09-03T03:06:06.538+02:00Melomanía (parte 1): Coincidencias<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5IIQsmTL9tv0eqvmGHk06n6dVXJjZgKLgavo7U8RiEg-njUr9qZ6MWbR0ssKFLCcNQzHNxRSyqdx2dnlYhBN3AHAcSMuqHGi5alzFhMmoP0O0r_5UUuXNJCEgB9RrRDJuGiMqnGtFtaBn/s1600/if_i_could_fly.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5IIQsmTL9tv0eqvmGHk06n6dVXJjZgKLgavo7U8RiEg-njUr9qZ6MWbR0ssKFLCcNQzHNxRSyqdx2dnlYhBN3AHAcSMuqHGi5alzFhMmoP0O0r_5UUuXNJCEgB9RrRDJuGiMqnGtFtaBn/s320/if_i_could_fly.png" width="247" /></a></div>En esta ocasión inauguro una nueva sección en el blog con el título 'Melomanía', dónde comentaré historias y anécdotas del maravilloso mundo de la música, incluso me permitiré el lujo de recomendar artistas, álbums o canciones (o os prevendré de ellos).<br />
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Para comenzar os haré una breve introducción del músico que protagonizará esta primera parte. Nacido el 15 de julio de 1955, el neoyorkino Joe Satriani es reconocido indudablemente como uno de los mejores guitarristas del mundo. La característica y perfeccionada técnica que ha desarrollado a lo largo de su carrera como músico le ha servido para componer verdaderas obras maestras y hacerse un nombre entre los grandes de las seis cuerdas, demostrando que no es necesaria una voz para transmitir emociones. Y ese es el secreto de "Satch", sus composiciones no son solamente una mera demostración de velocidad y técnica, son preciosas melodías que llegan al alma combinadas con virguerías por los trastes. También le caracteriza la versatilidad como músico, siendo capaz de tocar con igual habilidad piezas de jazz y de rock, pasando por el blues y el heavy metal. Puede presumir, además, de ser el maestro de otros dos monstruos de la guitarra, como Steve Vai y Kirk Hammett y de haber sustituido al mismísimo Ritchie Blackmore en una gira de Deep Purple, rechazando posteriormente la oferta de permanecer en la banda para poder seguir con su carrera en solitario.<br />
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En el año 2004 publica el álbum 'Is There Love in the Space?', que incluye el tema 'If I Could Fly', una composición instrumental dedicada a su esposa, Rubina. 4 años después, Joe Satriani decide demandar al grupo británico Coldplay por violación de sus derechos de autor al asegurar que la canción 'Viva la Vida' contiene<i> "porciones sustanciales y originales" </i>de 'If I Could Fly', que la melodía y la progresión de los acordes estaba copiada de su canción. La respuesta por parte de la banda liderada por Chris Martin no se hizo esperar y emitieron un comunicado público explicando la situación y alegando que <i>"si existen ciertas similitudes entre los dos temas son completamente casuales, y tan sorprendentes para nosotros como para él." </i>El abogado de Joe Satriani, sorprendido por la respuesta de los británicos, aseguró que intentaron <i>"mantener un diálogo antes de hacerlo público"</i> pero que, ante la reacción de la banda, se sintieron <i>"casi forzados a presentar la demanda", </i>exigiendo que dejaran de utilizar la canción o se hiciera un estudio que determinara qué porcentaje de los beneficios de 'Viva la Vida' pertenecían a Satriani. Finalmente, se llegó a un acuerdo económico para que se retirara la querella y la cantidad percibida fue destinada a la caridad. No sin antes tener que firmar un contrato que le prohibía a Joe Satriani hablar sobre el caso del plagio.<br />
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También Cat Stevens acusó de plagio a Coldplay por la misma canción, afirmando que 'Viva la Vida' es un plagio de un fragmento de 'Foreigner Suite', un tema de 18 minutos de su álbum 'Foreigner' concretamente el fragmento que une 'Love' y 'Heaven'. Sin embargo, el veterano músico descartó la demanda. También por la red se comenta la similitud con una canción del grupo argentino Enanitos Verdes titulada 'Francés Limón'. Antes incluso que la demanda de Satriani, los Creaky Boards, un grupo de Nueva York, les acusó de haber utilizado una melodía propia para 'Viva la Vida' después de que los ingleses asistieran a uno de sus conciertos.<br />
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He tenido la ocasión de escuchar los 4 temas y, en mi opinión, no cabe duda de que 'If I Could Fly' es al que más similitudes presenta. Por ello, os dejo un vídeo en el que podréis escuchar tanto un fragmento de ambas canciones como su fusión y comprobar qué peligrosas pueden ser las coincidencias:<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/3behQPdV2l0?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div><br />
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*Bonus Track:<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/ClfmW7oaZ-E?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div><br />
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*Bizarre Track:<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/2Rat3muIbkM?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div><br />
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</i>Sergio Ferrerhttp://www.blogger.com/profile/00037401438540408293noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5048350046796934369.post-66690292960948992082011-07-04T15:46:00.003+02:002011-07-04T16:38:17.405+02:00Tragedia Digital Terrestre<div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVP964-uBHekUCOWNqhK6VpnD-YWGe5OkeVamapNpoNyQwQywO77V5wH8WaSR6obO9dEBliScGnW3TpxcZtnwZkFDFn_hxWjlGuvjXuGthnlCQ1vJ9hwDPwR8829JNmUZzWw_zu2yf5KbP/s1600/static2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVP964-uBHekUCOWNqhK6VpnD-YWGe5OkeVamapNpoNyQwQywO77V5wH8WaSR6obO9dEBliScGnW3TpxcZtnwZkFDFn_hxWjlGuvjXuGthnlCQ1vJ9hwDPwR8829JNmUZzWw_zu2yf5KbP/s320/static2.jpg" width="320" /></a></div><br />
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“Apagón analógico”. O lo que es lo mismo, el fin de las emisiones analógicas por parte de las operadoras de televisión. Personalmente, me quedo con “apagón analógico”, una denominación más catastrofista, casi apocalíptica. Evoca a tragedia. Precisamente. Sí, ya sé que a priori ahora disponemos de muchas más prestaciones, ventajas y comodidades con la Televisión Digital Terrestre como una mejor calidad de vídeo y sonido, mayor número de canales por frecuencia o el acceso a contenidos interactivos. Pero también hay algún que otro inconveniente y mi experiencia da fe de ello. El tiempo pone a cada uno en su lugar y la televisión se ha tomado su particular vendetta.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"></div><div class="MsoNormal">Todo comenzó unas semanas antes del citado apagón. El televisor del comedor ya disponía de un sintonizador TDT, sin embargo, en la cocina, una pequeña y veterana televisión de 14” contaba los minutos para quedar prácticamente inutilizada. Para su fortuna, aterrizó en casa un pequeño mini-receptor que cabía en la palma de la mano y le trajo esperanza y consuelo a la pequeña. El receptor se conectaba directamente en la entrada del euroconector y no tenía botones debido al tamaño, pero incluía un mando a distancia. Realmente era bastante práctico.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"></div><div class="MsoNormal">Por desgracia, el uso que le daba a la televisión había descendido considerablemente desde hacía cierto tiempo. Apenas la veía. Sólo en ocasiones mientras merendaba o cenaba después de llegar tarde del trabajo y el comedor se encontraba ocupado. Y durante esos momentos solamente veía el canal 3/24, un telenoticias de 24 horas, para mantenerme bien desinformado, pues hay que intentar no levantar sospechas ante el Gran Hermano. Una cosa es ver muy poco la televisión, pero qué menos que creerme las noticias de los mass media. Es preferible no levantar suspicacias. La cuestión es que de los alrededor de 50 canales (of shit, añadiría Roger Waters) a mi disposición apenas veía uno, y muy poco. Si añadimos los libros, la música e Internet, es evidente que la televisión había quedado relegada a un plano muy secundario.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Pero ocurrió. Un día, siguiendo las normas para ser un buen ciudadano, me propuse ver qué no había ocurrido o qué había ocurrido pero de forma muy distorsionada en las noticias del día. Pero al encender el televisor… el horror. El último canal que había sido visto por alguien (preferí no descubrir quién) había sido Telecinco. ¡Qué desagradable! Individuos vulgares y soeces atentaban contra la dignidad de todo telespectador en cierto programa de dudoso valor educativo y que no despertaba en mí otra sensación que la aversión. Rápidamente, localicé el mando a distancia y me hice con él. Hasta aquí había llegado dicha demoníaca influencia. O no. Porque al presionar varias veces el botón para cambiar de canal comprobé que nada sucedía. ¡No podía ser! El sádico destino había querido que el mando a distancia se estropeara mientras el receptor estaba sintonizando tan diabólica emisora. Un sudor frío me recorrió la espalda. Comencé a presionar todos los botones sin darme por vencido, tratando de calmar mi desesperación. Mientras, un tipo infame y arrogante lucía sus músculos y daba rienda suelta a su fanfarronería. Difícilmente algún simio tendría algo que envidiarle. Aún después de aporrear el mando resultaba obvio que era inútil. No había botón que me librara de aquel suplicio. Excepto uno. Lancé el mando con furia contra el suelo y corrí hacia el televisor. Es el fin. Y lo apagué para siempre. Apoyé mi espalda contra la pared y me dejé caer hasta quedar sentado en el suelo. ¡Me dolía el cerebro!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Cada vez que pienso en ello me estremezco y doy gracias por permanecer todavía cuerdo. Y agradezco también no pertenecer a las hordas de ciudadanos manipulados por uno de los más efectivos y a la vez crueles y despiadados métodos de inhibición del pensamiento del Gran Hermano: la telebasura.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Hasta cierto punto me someto, como todos, pero mediante sistemas algo más light. </div>Sergio Ferrerhttp://www.blogger.com/profile/00037401438540408293noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5048350046796934369.post-25463916518472422302011-04-19T19:13:00.004+02:002011-04-19T19:35:15.199+02:00Viejo amigo<div class="MsoNormal">A su orden, los hombres derribaron la puerta y entraron estruendosamente. El sonido de sus pesadas botas pisando hacía retumbar el suelo y rompía el silencio que hasta entonces había reinado allí. </div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Cruzó el umbral de la puerta con paso tranquilo. Dentro, el aire era denso y el ambiente estaba excesivamente cargado, muestra evidente de la escasa o nula ventilación de la que habría disfrutado la vivienda en muchos días, semanas quizá. </div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Fue atravesando el oscuro y angosto pasillo dejando atrás dos habitaciones. La primera la encontró abierta a la izquierda. Era la cocina. Varias latas de conserva se amontonaban abiertas y vacías en la mesa, junto a dos sucios platos. En el interior de un armario sin puerta se podían distinguir unas pocas latas más esperando que les llegara su inminente hora y un trozo de pan de considerable mal aspecto. Con media sonrisa, pensó que probablemente un pedazo de madera sería más tierno que aquel pedrusco custodiado por moscas. La siguiente habitación la encontró a la derecha. La puerta apenas estaba abierta, pero no fue necesario mirar para descubrir que se trataba del baño. Del interior surgía un repulsivo olor de excremento mezclado con agrio vómito y en su rostro se dibujó una fea expresión de asco. </div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Unos metros más adelante encontró, por fin, su destino. A su izquierda se hallaba el comedor de la casa. Unos débiles rayos de luz se escurrían entre las lamas de las persianas, permitiéndole contemplar la escena.</div><div class="MsoNormal">Una sucesión de imágenes y recuerdos se abalanzaron dentro de su cabeza y le condujeron a la memoria una vieja historia que el tiempo se había encargado de enterrar en un lejano pasado.<br />
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<a name='more'></a><br />
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</div><div class="MsoNormal">Era una mañana de julio y el sol brillaba esplendoroso en el cielo de Rotemburgo, una pequeña ciudad de pasado medieval al oeste de Baviera. Joachim, un niño de 11 años, apenas había terminado de beberse su correspondiente vaso de leche matutino cuando escuchó como picaban a su puerta. Se apresuró en ir a la habitación de sus padres, donde encontró a su madre cosiendo un pantalón que él mismo había desgarrado.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Mamá, me voy a jugar con los chicos.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Esta bien, te quiero en casa a la hora de comer y ten cuidado con ese pantalón que es nuevo.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Vale mamá, lo tendré- le prometió, mientras se acercaba a ella y le besaba en la mejilla.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Joachim era un chico muy respetuoso y sobretodo con sus padres. Por norma general, siempre les pedía permiso para salir a cualquier lugar, pero durante las vacaciones escolares de verano la rutina diaria consistía en dejar lista su habitación, desayunar y salir a jugar a la calle con sus amigos hasta el mediodía, por lo que, salvo en circunstancias excepcionales, en aquella época del año no le era necesario pedir la autorización de sus progenitores.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Corrió hacia la puerta y abrió. Sorprendido, solamente se encontró a un chico rubio, de piel muy clara y regordete sonriendo de oreja a oreja. Era Eldwin, su mejor amigo.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Hola Eldwin, ¿dónde están los demás? –preguntó extrañado.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Hoy vamos tú y yo –respondió a secas.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¿Cómo que tú y yo? Si habíamos quedado todos, como siempre.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Ya, pero hoy vamos a hacer algo diferente.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¿Diferente de qué? –Joachim comenzaba a intrigarse.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Deja de preguntar. Ven conmigo y te cuento.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Joachim cerró la puerta y siguió a Eldwin. No podía negar que se moría de ganas de saber lo que éste tramaba, pero ese acento misterioso y confiado del que había teñido sus palabras le hacía saber, ciertamente, que no soltaría prenda hasta que llegara el momento oportuno. Así que Joachim optó por ser paciente y no insistir.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Mientras cruzaban el puente que atravesaba el río Tauber, Joachim miró hacia el agua y se sorprendió al ver el reflejo de los rayos del sol sobre su cabeza. Sonrió pensando que parecía un santo de esos que algunas familias tienen en sus hogares, con el aura brillando sobre su cabeza. En su casa no tenían ninguno. ¿Sería él un santo y por eso sus padres no tenían porqué comprar ninguno? De eso no estaba del todo seguro, pero, de todos modos, aquellas figuras, estampas y cuadros tampoco sabían lo que realmente eran.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Nos marchamos este año -dijo de repente Eldwin, interrumpiendo los pensamientos de su amigo-, probablemente septiembre.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¿Qué? –exclamó Joachim -¡Pero si dijiste que sería el año que viene, si es que os ibais!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Ya, pero las cosas han cambiado. Mi padre tiene que trasladarse urgentemente a Núremberg y nosotros iremos allí en un mes o dos.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Por supuesto que sabía lo de Núremberg, no le pillaba por sorpresa, pero no era nada seguro, solamente una posibilidad, así que durante ese tiempo no se había preocupado por ello. Era un duro golpe para él, sentía ahora una gran losa que le oprimía. ¿Le separarían de su hermano? Se formó un nudo en la graganta de Joachim y luchó por no dejar libres a sus lágrimas. Ambos se habían detenido en mitad del camino. Joachim sólo miraba al suelo, evitando como pudiese cruzar la mirada con la de su amigo. Eldwin se mordía el labio inferior sin saber que decir. Finalmente, éste rompió el silencio.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Bueno, tampoco estaremos tan lejos. Seguro que podrías venir a pasar las vacaciones con nosotros. Además, podemos enviarnos cartas.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Joachim no contestó, seguía con la mirada fija en el suelo.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Mira Joachim, yo tampoco quiero esto. No quiero irme de aquí y menos en tan poco tiempo. Hasta ayer no me enteré y no sabía como decírtelo, pero creo que tenías que saberlo hoy mismo. Lo siento.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Eldwin, abriendo los brazos, se acercó al otro y le abrazó, a lo cual fue correspondido por Joachim, que aprovechó para secarse sin ser visto las dos lágrimas que no había podido contener. Así permanecieron por un rato.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Bueno, cuéntame ya tu estúpido plan.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">La voz sonó tan aguda que no parecía la suya y ambos comenzaron a reir a carcajadas. Por lo menos, se libraron de la tensión emocional por el momento.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Está bien, escúchame. Nos colaremos en la finca del ‘Loco Müller’ y…</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¿Se te ha ido la cabeza? –exclamó escandalizado Joachim -¡No voy a poner un pie en la finca de Herr Müller! ¡Es peligroso!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Tranquilo, tranquilo. Escúchame antes de decir nada. Jürgen y Klaus estuvieron allí la semana pasada y cavaron por su terreno. ¿Adivinas qué encontraron? ¡Un reloj de bolsillo de plata!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Vamos, Eldwin. Sabes que no me creo las leyendas sobre Herr Müller, y menos que esconde tesoros en su terreno.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¡Está loco, Joachim! ¡Loco! Y vi el reloj con mis propios ojos –seguía insistiendo-. Me dijeron que hoy iba a la ciudad, así que tenemos tiempo para buscar algo.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¿Y el perro, qué?</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Cuando va a la ciudad se lo lleva. Por lo único que hay que preocuparse es por encontrar algo que valga la pena.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Eldwin iba ganando terreno.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Eldwin, no me hace ninguna gracia. No podemos entrar allí, y si nos pillaran nos matarían.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Por favor, Joachim. Hazlo por mí. Será nuestra última gran aventura –suplicó-. Además, lo que encontremos siempre nos recordará el uno al otro. Por favor…</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Está bien… -gruñó Joachim, accediendo a regañadientes al chantaje emocional.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¡Ese es mi Kimi! ¡Choca! –exclamó con alegría.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Vale, pero no me llames Kimi, sabes que no me gusta.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Está bien, Kimi.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Joachim suspiró y emprendieron el camino de nuevo. Desde luego, no le importaba lo más mínimo si Herr Müller tenía tesoros o no. Y si los tenía, bien podían pudrirse eternamente en el patio de aquel cuchitril. Pero Eldwin se iba. Era consciente de que difícilmentele volvería a ver y le estaba pidiendo un último favor. No podía negarse.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Hacía ya bastante rato que habían dejado atrás la ciudad y parecía que los prados eran interminables. Durante el camino hablaron de muchas cosas. Desde los recuerdos de sus primeras travesuras como amigos, hacía ya unos años, hasta las veces en que se habían encubierto mutuamente ante sus respectivos padres, pasando por Ingrid, la dulce chica de la que Eldwin haría bien en comenzar a olvidarse.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Por fin llegaron a su destino. La casa del ’Loco Müller’podía pasar, siendo generosos, por una choza, pero de casa no tenía nada. Se caía a pedazos. Estaba rodeada por un pequeño muro de piedra oscura, no muy uniforme, de alrrededor de medio metro de alto, sobre el cual se alzaba una verja formada por gruesos barrotes de hierro que acababan en amenazantes puntas.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Creo que me tendrás que ayudar –pidió Eldwin.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Se subieron al muro y Joachim entrelazó sus manos para que su amigo las pudiera utilizar de punto de apoyo. Ya en lo alto de la verja, Eldwin giró su cuerpo y se colgó de ella, posteriormente dejándose caer de forma patosa y levantando una polvareda. Joachim, en cambio, que era más delgado y notablemente ágil, con un movimiento rápido y elegante ya se encontraba en el interior de la finca.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¿Por dónde empezamos? –preguntó Joachim.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Probemos por sitios distintos. Tú busca por aquí y yo lo haré al otro lado de la casa.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Joachim se arrodilló y comenzó a cavar con las manos mientras veía como su amigo daba la vuelta a la esquina de la choza, buscando un buen sitio.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Qué fantástica idea –gruñó Joachim para sí mismo-, colarnos en el terreno de Herr Müller para buscar un tesoro…</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Estaba ensuciándose, así que decidió cambiar de posición, su madre ya le había avisado con respecto a sus pantalones. Se incorporó y se sacudió la ropa. Al hacerlo pudo ver como una silueta se acercaba hacia su posición. Maldita sea, ¿sería Herr Müller?</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¡Corre!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">El chico, alarmado, se giró y vio a Eldwin corriendo hacia él, huyendo de unos amenazantes ladridos.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¡Corre, Joachim!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Fue entonces cuando pudo comprobar la procedencia de los ladridos. Un fiero rottweiler perseguía a Eldwin. Los ladridos eran estremecedores y su tamaño, descomunal. ¡Era Cerbero, el perro de Hades!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Joachim se apresuró y, casi de un salto, subió a lo alto de la verja.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¡Vamos, Eldwin!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">El pobre corría torpemente y no le llevaba mucha distancia al perro.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Ya casi estaba.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Subió al muro.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¡Ayúdame, por favor! –pidió totalmente aterrorizado.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¡Coge mi mano, vamos!</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Eldwin se agarró de su mano y trató de subir pero la bestia ya estaba allí. Con fiereza, le atacó mordiéndole el tobillo derecho, haciéndole gritar y soltar la mano de su amigo. La sangre que comenzó a brotar del tobillo resbalaba hacia abajo, manchándole el blanco calcetín.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">No había más que pensar. Desde lo alto de la verja, Joachim se lanzó contra el animal, liberando así a Eldwin de sus mandíbulas. La caída le dejó mal cuerpo y se propinó un buen golpe en la cabeza, pero el hombro se llevó la peor parte, le dolía a rabiar. La bestia se revolvió y se abalanzó sobre su agresor. Joachim apenas tuvo tiempo para protegerse con el brazo, como acto reflejo. Y el mundo se sumió en la oscuridad.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Eldwin se trasladó a Núremberg al mes siguiente y no volvió a ver a su amigo. Hasta ese día, permaneció siempre a su lado en la recuperación. El ataque del perro provocó heridas muy graves en la mano derecha de Joachim. Sus dedos anular y meñique tuvieron que ser amputados. Afortunadamente, la llegada a tiempo de Herr Müller evitó que los daños pudiesen haber sido aún más graves.</div><div class="MsoNormal"><br />
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</o:p></div><div class="MsoNormal">Y allí se encontraba ahora. En aquel sucio comedor, donde apenas entraba la luz del día y con ese hombre sentado en una vieja silla de madera con la mirada perdida.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-¿Es este el sujeto? –preguntó unos de sus hombres.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Asintió.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Aquel hombre seguía con la mirada completamente perdida, en un estado casi catatónico.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Dio dos pasos, acercándose al hombre, sacó de su cartuchera una pistola P38 y le quitó el seguro. Extendió el brazo. El cañón del arma besaba la frente del hombre. El frío del metal recorrió su cuerpo y le resucitó. Alzó la vista y ambos conectaron sus miradas.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Apretó el gatillo.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">El hombre se desplomó en el suelo. La sangre que manaba de su cabeza fue formando un charco en el suelo que llegó a bañarle su mano, ya muerta. Una mano mutilada a la que le faltaban dos dedos.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Sus hombres observaban impasibles.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">-Un perro judío menos. Andando.</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Los hombres comenzaron a desfilar y él tras ellos. Se dio cuenta de que una gota de sangre había salpicado en la solapa de su uniforme de color gris pálido, justo junto a la insignia bordada donde se podían distinguir las letras SS rúnicas. Sacó de un bolsillo un pañuelo e intentó limpiarla. Mientras lo hacía, no pudo evitar que se dibujara una sonrisa irónica en su rostro mientras pensaba en el significado de su propio nombre, Eldwin: viejo amigo.</div>Sergio Ferrerhttp://www.blogger.com/profile/00037401438540408293noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5048350046796934369.post-3872873160118641402011-04-17T18:53:00.010+02:002011-07-04T16:02:03.920+02:00Toma de contacto<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE7jm6axiJ2szxlCBtQp4m-OFKd6hxSux1yXifPMhF3kiP-6eT9uEYVnoEcAqDcvfFUJwGjcnmojTgQ678a6wtXEpr5IV7FuFciJ8Yi1XIEuwA-Rb5udgjeaOE7OGCvhrge5ma1LEDO6vR/s1600/swimmer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE7jm6axiJ2szxlCBtQp4m-OFKd6hxSux1yXifPMhF3kiP-6eT9uEYVnoEcAqDcvfFUJwGjcnmojTgQ678a6wtXEpr5IV7FuFciJ8Yi1XIEuwA-Rb5udgjeaOE7OGCvhrge5ma1LEDO6vR/s320/swimmer.jpg" width="320" /></a></div><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Hace ya cierto tiempo, tuve la idea de abrir un blog. Mi motivación principal para hacerlo era la de tener la posibilidad de publicar escritos propios, sobretodo historias que tengo rondando por mi cabeza. ¿Por qué no darles la oportunidad de materializarse y ser leídas por los demás? ¿Por qué no permitir que puedan gustar? Así que me he decidido a comenzar mi proyecto personal e intentar aprender y mejorar en una de mis pequeñas aficiones: la escritura. Para ello necesitaré la ayuda de todos vosotros, por eso os invito a comentar cualquiera de mis publicaciones, ya sea para destacar tanto aspectos positivos, como aspectos negativos en los que deba mejorar, o simplemente dando vuestra opinión acerca del asunto en cuestión, ya que no solamente me limitaré a publicar relatos, también expondré mi opinión en temas de actualidad, arte, historia, política, deportes, etc.</span><br />
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Así pues, con esta pequeña introducción, os expreso mi deseo de que os guste lo que encontréis por aquí.</span><br />
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Bienvenidos.</span>Sergio Ferrerhttp://www.blogger.com/profile/00037401438540408293noreply@blogger.com5